martes, 8 de abril de 2014

Barreiros Super Azor Gran Ruta de Ribeira (1965).

El emprendedor Eduardo Barreiros empezó su relación con el mundo del motor a una temprana edad, pues su padre adquirió un autobús y los derechos de explotación de algunas líneas, donde Eduardo trabajo como revisor y posteriormente empezó como aprendiz en ARCE, un taller mecánico.

Tras la guerra civil la familia vuelve al negocio de los autobuses y funda un pequeño taller familiar donde se reconstruían autobuses y fabricaban gasógenos. Tras vender la línea de autobuses fundo BECOSA (Barreiros Empresa Constructora S.A.), el primer contrato público obtenido fue la ampliación del puerto de Castellón, hasta ese momento se empleaban  trenes, la idea de Barreiros era emplear camiones  y ahorrarse la costosa infraestructura ferroviaria.

Para cubrir las necesidades de transporte adquirió camiones Krupp alemanes y ZIS-5 rusos movidos a gasolina provenientes de la guerra civil. La idea que tenía era convertirlos a diésel, pues se trataba de un combustible mucho más barato. Consulto a varios ingenieros que le tacharon de loco, pero pese a estas trabas siguió con el proyecto en el taller y consiguió sus propósitos. Las duras condiciones que suponían el transporte de rocas al puerto de Castellón fueron el mejor banco de pruebas para su transformación y posteriormente procedió a patentarlo.

Debido a la demanda se traslada a Madrid y crea la empresa Galicia Industrial, donde dieselizaban los viejos motores de gasolina y desarrolla el primer motor propio basándose en los motores Perkins. Con el dinero ganado fundo Barreiros Diésel S.A. en Villaverde para comercializar sus motores. 

El siguiente paso era la fabricación de vehículos completos, pero encontró una fuerte oposición por parte del régimen. Ante este problema se presentó a un concurso para proveer de camiones al ejército portugués. Tras visitar varios desguaces construyo el prototipo con el que gano el concurso. Posteriormente se convirtió en ensamblador de la marca polaca Star, a la que cambiaba las cabinas por motores. Finalmente tras conseguir el permiso del Ministerio de Industria empezó a fabricar camiones con la cabina Panoramic basada en los diseños de Berliet.


Debido a la necesidad del mercado de camiones con mayor capacidad de carga lanzo el Super Azor Gran Ruta. Su cabina no difería mucho del Azor y Super Azor, pero Barreiros incorporo numerosos elementos para mejorar la comodidad de los conductores. Uno de los pocos defectos que tenía el camión era la facilidad de rotura de los palieres al ser sometidos a un importante esfuerzo. El Gran Ruta presento numerosas variantes entre las que destaca su empleo como base para construir autobuses. 

 
Los camiones Barreiros eran una opción con similares posibilidades y a menor precio que los Pegaso. Además presentaban facilidades de pago, las cuales trajeron problemas de liquidez y propicio la entrada de Chrysler en la empresa. Con la llegada de los americanos empezó la construcción de coches. Las posteriores desavenencias entre Eduardo y los yankies propicio la salida de la familia Barreiros de la empresa que tanto sudor les había costado construir.


El motor diésel B26 contaba con 6 cilindros en línea y estaba ubicado en una posición longitudinal delantera. Contaba con una cilindrada de 10.170 cc, lo que le permitía desarrollar 170 CV a 2.200 rpm y alcanzar 105 km/h. 

La tracción era trasera y la caja de cambios manual de 5 relaciones con reductora. La suspensión delantera es de ballestas semielípticas y gemelas con amortiguadores hidráulicos telescópicos, mientras que la trasera es de ballestines y amortiguadores telescópicos.

Aquí hay más información al respecto: Barreiros (automoción) - Wikipedia, la enciclopedia libre, aquí Fundación Barreiros y aquí: ANGUERA TRANSPORTS, S.A. Página del transporte europeo en España.

La maqueta está fabricada por IXO en escala 1/43 y corresponde a la entrega nº 14 del coleccionable Camiones de antaño de Altaya. Se trata de un modelo bien resuelto, detallado, con un buen molde y un pintado correcto. Los fallos más significativos son los pivotes de las luces, el detallado de la visera, los retrovisores y una caja afrancesada. Si apreciáis algún otro fallo no dudéis en comentarlo.

1 comentario:

  1. Dicen que la maldición de los mecánicos de entonces era "entre Barreiros andes", que el que salía bueno era indestructible, pero el que no te las hacía pasar canutas. Muy buen artículo.

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